"Y aunque no pueda olvidarte se muy bien...
... que tú también piensas en mi"
"Y aunque no pueda olvidarte se muy bien...
... que tú también piensas en mi"
Hoy se quebró
la voz de mi guitarra
y al intentar recuperarla
no me respondió.
Me odia,
lo sé
sabe que le arranqué la voz
porque me recordaba a ti.
Intenté parchar
sus heridas
y no sirvió
La veo
retorcerse,
y quizás se pregunta
¿por qué?
Lo siento,
esa respuesta tampoco existe para mi.
"Y aprendo una vez más.
Las cosas que realmente amas te apuñalan la espalda."
En la distancia
te vi,
distante y mágica,
perfecta.
¿Quién puede aspirar a un amor así?
Mis manos temblaron,
mi pulso se aceleró.
¿Todo bien?
Solo quiero decirte
que mi corazón
te llamó.
Que en sueños te encontró.
La voz me tiembla,
sonrío porque pienso en ti
duermo sujetando mis mejillas
que no aguantan reír por un mensaje.
¿Está todo bien?
Quiero aventurarme,
quiero reclamar mi nombre
en tu boca,
pero qué puedo ofrecer.
El corazón se me acelera,
me nublo de pensar.
¿Estamos bien?
Pero cada paso
hacia adelante
son dos pasos atrás
entonces...
¿No estamos bien?
Perdón,
no me enseñaron
que me romperías
en trozos.
Mis manos quieren las tuyas.
Mi voz te llora sin aliento.
No estamos bien.
Pero, entonces no era real.
¿Te imaginé?
Mi cabeza da vueltas,
mis latidos se aceleran,
porque no fui suficiente.
Es eso.
Estoy rota.
Debí recordar que estaba rota.
Y una persona rota,
¿qué puede ofrecer?
No estoy bien.
Y quería ¿sabes?
Lo siento.
Debo recordar
que entre no ser suficiente
y existir.
Hasta eso no lo hago bien.
Te extrañé,
entrelazando notas dulces
y viejas melodías.
A una distancia prudente,
te extrañé.
Y recobré aliento,
miré en silencio
tu sombra al partir
y escondí mi lamento.
A una distancia prudente,
te extrañé.
Con el tiempo quebrado
en figuras y trazos,
me aferré al aire
que dejó tu último aliento.
A una distancia prudente,
te extañé.
Y consumido en este espacio,
sin consuelo,
sin tus manos,
sin aliento,
sin tus brazos.
A una distancia prudente,
te olvidé.
En silencio,
grita en silencio.
Araña y rasga mi aliento.
Perdóname,
no encontré versos
en esta noche.
Y solo quiero callar.
¿Me escucharás?
La bestia
que dormía tranquila,
esta bestia que sin razón
y con pasión gruñe.
Esta bestia
que salta,
que me llena
de palabras
que dichas así
¿Tienen sentido?
No hay razón
que me permita hilvanar
estas rimas,
no busques un compás,
no tiene sentido.
No dicho así, no hay más.
Solo palabras.
Palabras que gruñen,
palabras que arañan,
palabras que aullan,
palabras que rasgan.
Palabras.
Atrápame,
en la noche más secreta,
enriédame a través de tus piernas.
Encuentra el punto perfecto,
en un vaivén y un lamento
déjame aullar en desconcierto,
quiero gemir en silencio.
Desgarra en silencio mi espalda,
marca ese camino
directo hacia mi cuello.
Aprisiona mis sentidos,
núblame,
dejame en desconcierto
y detente antes de empezar
De nuevo.
Toma sin descanso,
y aventúrate sobre mi cuerpo,
quiero memorizar tu centro
y que el camino sea lento.
Quiero pedirte en un jadeo
que detengas mi tormento,
quiero gemir sobre tu boca
un espamo silencioso.
Un te amo casi perfecto.