¿Y bien?

Un hoja de papel,
escrita tantas veces,
que no se puede entender,
si la letra es de hoy,
o de ayer.

Amanecemos en un recuerdo tardío,
y vaciamos los bolsillos de memorias,
dejamos al aire una triste historia,
y cerramos nuestro libro.

Aunque el capítulo más importante,
no se haya escrito todavía,
encuentras un final,
que te sirva de guía.

Porque realmente no terminó,
y es que nunca empezó,
no hubo tiempo para extrañar,
menos se podía soñar.

No encontré las lineas de mi vida,
entrecruzadas con las tuyas,
o quizás, el tiempo se encargó
de borrarlas una a una.

No lo sé,
no está más,
solo se fue...

... sin mirar atrás.

Detenido.

Entender el color del cielo

en una mirada,

y sonreír.

Con calma,

sin prisa

ni impaciencia.

Porque ser feliz

es tan simple,

y tan completo.

Porque vivir en ti,

es tan dulce

tan eterno...

... que quieres, sientes y amas en un momento.

En un instante sin tiempo.

Me rindo.

Quise engañar a mi corazón,
y terminó riéndose de mi,
quise hacerle creer
que sería fácil para mi.

Y solo no quería,
perder esta batalla,
me rendí,
fracasé,
perdí.

Mi corazón solo sabe,
que te puedo querer a ti.

Domestícame.

De esta manera el principito domesticó al zorro.

Y cuando se fue acercando el día de la partida:

—¡Ah! —dijo el zorro—, lloraré.

—Tuya es la culpa —le dijo el principito—, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...

—Ciertamente —dijo el zorro.

—¡Y vas a llorar!, —dijo él principito.

—¡Seguro!

—No ganas nada.

—Gano —dijo el zorro— he ganado a causa del color del trigo.

Palabras que se esconden.

Una mañana fría,
un bostezo,
un te quiero dicho a medias,
y un silencio hecho trizas.

Un abrazo inexistente,
una promesa no pedida,
un recuerdo que no pasó,
y un beso que no se dio.

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No sé que hacer para contarte 
que hoy intenté llamarte, 
por lo menos 20 veces 

¿Qué hacer para explicarte 
si quiero hablar contigo 
no me salen las palabras? 

Tic tac... 
Tic Tac... 

No sé que hacer para decirte 
que eres como una carta 
que me falta por abrir 

¿Qué hacer para explicarte 
que no encuentro las palabras 
que había escrito para tí? 

Sin etiqueta.

Te extraño.

No sé

¿Cómo quieres cuando no sientes?
¿Cómo explicas dolor si nunca caiste?
¿Cómo sueltas sin haber sujetado?
¿Cómo rompes algo que nunca se unió?

Cuando el corazón solo late para doler,
cuando respiras solo por necesidad,
cuando tiemblas porque no puedes dejar de temer,
cuando quieres sin tener,
cuando pierdes sin entender.

Cuando cada palabra es tan difícil, tan dura y triste.

Que sólo dejas ir.

Déjame.

Déjame abrazarte,
déjame tocar tus manos,
déjame respirar el aire
que exhalas de tus labios.

Déjame mirarte,
déjame,
tan solo un segundo,
olvidar el sentimiento,
ese que guardas,
tras cada despedida.

Dónde me dejas,
y me quedo sin salida.



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Escrito del 2013.

No pienses.

¿Cómo vives a la par de un sueño?

Si no quieres despertar,
si te cuesta interpretar,
cada palabra dicha al azar,
cada frase callada sin más.

¿Cómo quieres?
si no amas,
si no entiendes,
si no dueles.

Repito en el aire,
tu nombre,
unas dos o tres veces,
y luego callo.

Me repito el silencio,
y parto una canción en dos,
guardo la melodía
y deshago la letra,
tratando de entender la receta,
tratando de perder mi cabeza.

Y camino,
desordenado,
desorientado,
con la mente en blanco
y los dedos llenos de tinta,
 con el sol sin paciencia,
y la luna sin conciencia.

¿Cómo le hayas sentido?
Si las rimas pierden ritmo,
si la frase no combina,
si el intermedio es la cita,
y el final es el comienzo,
he perdido todo el hilo,
he roto el ovillo,
y lo he lanzado por la borda,
me he quedado en blanco

... sin contexto, sin pasado, sin pretexto.

Reciclado.

Hazme amarte,
quererte en imposible,
hazme arrancar el suspiro de mi nombre en tus labios,
déjame recuperar lo que quede de mi piel en tus manos,
sólo déjame soñarte.



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[Recuerdos de una historia inconclusa]

Un querer

Eres viento,
pero aquel que cuesta respirar,
que te obliga a buscar abrigo
y te aleja de las calles.

Eres frío,
que te pide un abrazo,
que susurra una caricia
y aprieta entre sus manos.

Eres vacío,
que busca tranquilidad,
que te quiere,
te toma y te lleva.

Eres un momento,
una caricia,
un beso,
un instante de amor. Sólo eso.