Game Over

Juguemos a que te creo, juguemos a que se que soy una tonta, juguemos a que te diviertes conmigo, juguemos a que resultó que no era broma, juguemos a que me juzgas sin preguntar.

Divertido ¿no?

Juguemos a que soy una inútil, a que lo único que hago es convertirme en un ser completamente despreciable, juguemos a que me amenazas y yo te creo, juguemos a que me golpeas, juguemos a que no te digo nada 

¿Seguimos?

Juguemos a que me canso pero no puedo reaccionar, juguemos a que mis lágrimas son un lindo decorativo nocturno, juguemos a que te gusta verme asustada, juguemos a que solo me encojo y te dejo ser...

Ah lo olvidaba, era la niña de tus ojos... ¿verdad mamá?

O es que...

¿ya me convertí en la marioneta de tus impulsos?

Queriendo ser grande.

- Papá...

No está

- Papá... ven, ayúdame

No va a volver

- Ella no me quiere... papi... por favor, llévame de aquí

Sus ojos repletos de lágrimas visualizaron la puerta, a tientas se acercó mirando por la pequeña rendija que dejaba pasar la luz, una mujer de aspecto enérgico, a pesar de su figura delgada, doblaba ropa mascullando, enfurecida.

La pequeña retrocedió y se sentó al borde la cama, un pequeño suspiro ahogado escapó de sus labios, el televisor encendido balbuceaba sin conciencia aparente, fue hasta su pequeño mueble y comenzó a empacar su felicidad.

¿Nos vamos?

- Si.

¿A doóde?

- No sé, pero lejos de aquí.

A donde tú vayas yo voy.

- Gracias Dulce. Creo que con esto bastará

La bolsa de tela ya estaba lista, un par de polos, un pantalón y una casaca por si hacía frío, lo colgó tras su espalda y salió a tientas del cuarto.

- No más aguantarla, ya nadie me gritará, por fin no me pondrá una mano encima. ¿Sabes Dulce? me da algo de miedo afuera, pero se que juntas sabremos como afrontarlo.

Sí, tienes razón, tal vez podamos buscar a tú papá

- ¡Es cierto! El me abrazrá y me dirá que me quiere... y tambien me comprará un dulce, de seguro me dirá lo mucho que me extrañaba, valdrá la pena.

Se detuvo en el descansillo de las escaleras que conectaban el primero con el segundo piso, se sentó un rato para pensar friamente como haría para salirse, su abuelita estaba en su cuarto y su mamá estaba arriba, en ese rato no había nadie en la sala, podría pasar por el comedor sin problemas y solo oirían la puerta cerrarse, ya era grande, al menos para sus nueve años alcanzaba con facilidad los seguros de la puerta.

Solo unos minutos más y podría saborear la libertad...

- ¡¿Cuántas veces te he dicho que así no se hace una tarea?!

- Oh no.

- ¡Mira ese cuaderno! ¿Por qué no me ves cuando te hablo?

Un golpe. Un grito. Era a ella.

- Jose...

- ¡Deja de llorar y hazlo de nuevo! ¿Crees que porque tú padre no está ustedes van a hacer lo que quieran? ¿Para eso me mato yo en el trabajo? ¡¿Aah?!

- No, a ella no... no la toques.

Noelia, ¿no nos vamos ya?

- No puedo, le está pegando, le hace daño, es ella.

¿Segura que quieres quedarte?

- Es mi hermana.

Se guardó sus sueños y sus lágimas, se guardó sus heridas a flor de piel y aquellas marcas que la hacían retroceder, mordió su labio inferior aún herido y regresó escaleras arriba.

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Otro recuerdo sacado de mi infancia. Gracias a los que leen.

Boggart

La enorme mesa circular era el sitio indicado para la reunión, las nueve cabezas tomaron asiento murmurando y acomodando sus capas tras el respaldar, por un segundo el silencio reinó mientras solo las miradas parecían cruzarse unas con otras, había llegado la hora de decidir.

- Sabemos que a pesar de ser un grupo unido y del trabajo que nos ha costado realizar toda esta enorme construcción es hora de definir quienes estarán aptos para cada casa, obviamente queremos saber que aptitudes contarían ustedes como válidas.

- ¿Aptitudes? -soltó Liliana recostándose en el asiento- Yo estaría feliz de todo aquel que sea capaz de aguantar a Loki por una noche sin quejarse

- ¿Y para eso usaremos esto verdad? -comentó Majos mirando el objeto que brillaba en medio de todo-

Un enorme recipiente con forma de copa se hallaba colocado al centro de la mesa, de finos talladas llevando en derredor la figura de los tres animales que regirían a las casas: Malagath, representada por un misterioso cuervo; Galgalath, con la figura de un imponente cancerbero y Artaban enarbolando la imagen del gran lobo.

- No será muy complicado -concluyó Mel Black tomando la palabra- Cada uno deberá aportar dos ideas sobre la casa a la que pertenece... vamos saquen sus varitas

La escena que procedió quedaría grabada en la mente de cada uno de los nueve magos, aquel sería pues el inicio de la gran aventura, el proyecto de llevar una educación mágica digna y de total equidad para hombres y mujeres pertenecientes al mundo mágico...

Perdido

Me dices que no, 
que no sirve de nada, 
me rechazas pero yo solo quiero 
mirarte asintiendo,
te digo que comprendo, 
que entiendo el porque,

aunque me duela...

El silencio solo alarga mi inútil respuesta, 
pero,
¿por qué presiento que no es así?
¿por qué juegas a mirarme...?

Tus palabras me retan, me dicen que "no" 
pero tras tus ojos hay otra cosa,
algo que creo ver a tientas...

No quiero arriesgarme, no querría hacerlo.

Me hiciste hacerlo otra vez,
hiciste que cayera de nuevo,
que olvidara tus excusas,
que jugara en contra de tus ideas.

¿Por qué me dices que no?

¿Por qué es que tus palabras se contradicen?

Me preguntas con que 
y solo respondo que es contigo.

Tu acariciándome, 
tus ojos perdiéndose 
en un sueño mortífero,
aquel respiro apresurado, 
un silencio convertido en suspiros.

Tus manos rasgando mi espalda,
me dicen que estás equivocada,
me cuentan con cada centímetro de piel recorrido,
que no quieres dejarme ir...

Respirando de tu aire,
me haces volver a vivir,

Y sé que no debo,

Pero caigo, una y otra vez muero en tu piel.

Porque sabes que se siente muy bien....