MUSIQUITA CHINGONA DE FONDO
Si supieras,
que dejé de creer
en dios por creer en ti.
Si supieras,
que dejé canciones
desordenadas,
invadir mi cabeza.
Si supieras,
que noche tras noche
el insomnio me consumió
hasta el amanecer
Si supieras que mis letras,
mis poemas,
mis frases más perversas.
No tienen sentido,
no más.
No logro hilar,
me ahogo en aire húmedo
de arrogancia
de dependencia.
Me nublo en latidos
en suspiros
que arañan tu nombre
en un sofocante silencio.
¿Tenía algo en mente?
¿Soy capaz de contenerme?
Miro una sombra,
al borde de mi cama
y no eres tú
es la angustia destrozada.
Quisiera arrancar el deseo
y desmenuzarlo,
medirlo y apretarlo entre mis piernas.
Y no,
no perdí la paciencia,
dejé que la malicia me consumiera,
dejé que me absorbiera.
Porque si al soñar
que tu vientre me espera,
que tus palabras son como dedos
que se entretejen en mis caderas.
Dejo entonces de creer en dios
de negar que mi existencia
no dependa de otra cosa
que tu voz sobre mi boca.
Que tu deseo se consume,
a bocanadas de impaciencia.