Abrígame

Yo respiro,

ese aire a ciudad,

ese aroma a soledad,

y estás.

En este clima gris,

de fría vitalidad,

me atrapas en un segundo,

y solo puedo ser feliz.

No te dije adiós.

No, nunca me jalaste las orejas.

Te vi hacerlo, allá lejos, en la última fila.
Y me asusté.
Quizás todas en cierto modo te tuvimos algo de miedo.

Tu aspecto serio,
esa mirada fija,
las manos y el rostro gastados,
de tantas a quienes viste crecer y alejarse de ti.

Pero nunca te olvidé.

En el recreo era inevitable,
recuerdo a más de una decena,
amontonadas en el kiosko,
gritando a viva voz:
"¡Sor Delia obleas!"

Y me fui,
te perdí el rastro,
y hasta recuerdo haber visto algo de ti,
una sombra de recuerdo,
de una sonrisa.

Las chicas de la Promo 2004 te adoraban,
yo diría que eran tus fans.

Por eso ahora, duele,
duele porque en el fondo mi mente te dibujó,
te dibujó incansable,
te dibujó fuerte,
te dibujó para siempre.

Y te tomé de entre mis recuerdos,
mis más marcables recuerdos,
y te guardé en mi corazón.

Y siempre estarás ahí,
viviendo para mí,
en la alegría del Señor,
tal vez mirándonos desde arriba.

Riendo,
como las pocas veces que te vi hacerlo,
riendo y pensando,
cuánto te estaremos extrañando.